sábado, 31 de agosto de 2013

La Madre Laura, hoy -Mayo 12, 2013 - SANTA, en la mula que le prestó Mahoma Ruiz *. Regiones de Dabeiba (Antioquia), 1914 aprox.

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La Madre Laura

hoy -Mayo 12, 2013 - SANTA, 

en la mula que le prestó Mahoma Ruiz *. 

Regiones de Dabeiba (Antioquia), 1914 aprox.

** Dabeiba fundada por John Henry White (Juan Enrique White) padre de  Irene White Uribe, casada con GABRIEL RUIZ, y bisabuelo de los Ruiz-Arbeléaz. 


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La Madre Laura, hoy -Mayo 12, 2013 - SANTA, en la mula que le prestó Mahoma Ruiz * 
 Regiones de Dabeiba ** (Antioquia), 1914 aprox. 
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* AUTOBIOGRAFÍA de la Madre Laura
Capítulo XXXI. Generosidad del ilustrísimo señor Crespo. Pag. 486 

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En este viaje, después de darle cuenta al señor obispo de todo, le propuse la empresa de construcción de casa; su primera respuesta fue que solo 
me daba $200.00 para ello, porque a las mujeres no se les podía dar mucha
plata porque la gastaban en cintas y en plumas. Así entre chanzas muy
oportunas me ha tratado siempre este buen padre y fundador nuestro.
Del mismo modo le contesté que fuera de algunos encajes que compraría para las hermanas le prometía no gastar más. Me dio $500.00 lo cual
me pareció un capital. Le pedí además una mula buena, pues andaba en
una prestada por el señor Mahoma Ruiz, con mucha generosidad; pero ya
entreveía que no sería ése el único viaje que haría, no obstante mi bobera. 
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*  y ** NTC ... NOTAS 

Mahoma Ruiz (Gabriel Ruiz) casado con Irene White Uribe**,  padres de Ernesto Ruiz White, casado con Romelia Arbeláez Aguirre, padres de Gabriel Ruiz Arbeláez  y de sus hermanos Ruiz-Arbeláez, nietos todos de Mahoma Ruiz ...  
(Algo abonó el abuelo Mahoma para los milagritos que esperan sus los nietos!) 
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** Dabeiba fundada por John Henry White (Juan Enrique White) padre de  Irene White Uribe, y bisabuelo de los Ruiz-Arbeléaz. 
 (Como que también, algo abonó el bisaabuelo inglés JHW para los milagritos que esperan sus bisnietos!)  
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Date: Tue, 1 Sep 2015 11:38:10 -0500
Subject: Sobre la santa colombiana. Por Eduardo Escobar. EL TIEMPO, 1 de septiembre, 2015,
From: ntc.poesia@gmail.com
To: Suscriptores de NTC .... 

Sobre la santa colombiana
Eduardo Escobar
 Eduardo Escobar
La santa colombiana me enriqueció la imagen de una mujer que yo no había sido capaz de apreciar a causa de un chisme de familia.
Hace tiempos publiqué aquí mismo, con motivo de la canonización de la madre Laura, una nota que por fidelidad con el encabezado dediqué a enrostrarle defectos a la santa antioqueña, influenciado por mi madre, que, con todo lo católica, apostólica y romana que fue, tan poco la quería: ella jamás olvidó el encuentro que tuvieron una vez, cuando la halló soberbia y dueña de un carácter inflexible, poco dado a los sentimientos humanitarios. En la nota cuento cómo habiéndose visto obligada a intrigar ante la fundadora de las lauritas para que le permitiera ingresar en la comunidad a una de sus hermanas sin el costo de la dote, pues eran unas huérfanas de padre y madre cuyo único patrimonio era la casa donde vivían, solo encontró una mujer de una frialdad exasperante. Que le dijo que si la única opción era vender la casa lo hicieran. Y la vendieron. Para que mi tía pudiera seguir su vocación. Y mi tía militó en la comunidad hasta el fin de su vida casi centenaria después de emplearse en el sur de Colombia entre trabajos y terrores, durmiendo a veces sobre las fosas comunes de ‘Tirofijo’, amo y señor de vidas en esas regiones a donde la mandaron.

Muchas cosas tendría para contar sobre la hermana Alicia. Hoy solo quiero decir que, llevado por la curiosidad, me puse en la tarea de ver la serie de televisión sobre la benemérita jericoana. Y que desde el principio se ganó mi respeto, mi admiración y mi cariño, con perdón de mi madre, que también fue una santa a su manera y ha de ocupar un lugar de excepción en el cielo, en el pabellón de los mártires del matrimonio, bien merecido luego de haber soportado la proximidad purificadora de mi padre y yo. Lo que mi madre debió confundir con la soberbia fue la tenacidad, la concentración en una labor que la monja consideró sagrada. Aunque también es posible que fuera orgullosa, pues el orgullo es el pecado que, lo aprendí en mis tiempos de seminarista, deben cargar las personas que optan por la castidad, según Freud la más rara de las aberraciones sexuales.

La serie de Caracol está plagada de inexactitudes antropológicas y descuidos en el lenguaje eclesiástico. Pero consigue impresionar al espectador y conmoverlo. Con un humor inteligente, una narración apacible y unas actuaciones casi siempre acertadas, describe el estado espiritual del país después de la guerra de los Mil Días, y muestra una Laura llena de talentos y una adelantada, por la idea que tuvo sobre el papel de las mujeres en una sociedad de machos cerreros (muy próxima a la de su amigo Tomás Carrasquilla), y ya moderna por la manera de asumir la evangelización desde el respeto por los aborígenes, que defendió con empeño de los abusos de las autoridades y los terratenientes, esos años cuando eran tenidos aún por las personas virtuosas poco más que como recuas de animales.

La producción, de un color agradable, con sus paisajes urbanos y los montaraces y su recreación de la arquitectura y sus diálogos siempre naturales a pesar de sus caídas, y con los dramas humanos alrededor de la historia principal, es un ejemplo de cómo se pueden hacer seriados de televisión edificantes, constructivos y exitosos, incluso enfrentados a las ramplonerías de figurones como Diomedes. La santa colombiana me enriqueció la imagen de una mujer que yo no había sido capaz de apreciar a causa de un chisme de familia. Y me preparó para su autobiografía, que me prometo leer *. Por más que haya sido dura con mi tía Alicia, hermana Gertrudis para sus correligionarias.

Una última cosa: Laurita, vos que hiciste milagros por qué no desembobás a los que hoy desgobiernan a Venezuela. Mirá que no hay nada más pernicioso que un par de bobos envalentonados. Y sobre todo no nos dejes caer en la trampa y líbranos de la peste del nacionalismo, amén.
Eduardo Escobar
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 * NTC ... NoTiCa:


Allí,  enlace a la AUTOBOGRAFÍA completa en edición digital-virtual , 1.300 páginas

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La Madre Laura, -Mayo 12, 2013 - SANTA, en la mula que le prestó Mahoma Ruiz * 
 Regiones de Dabeiba ** (Antioquia), 1914 aprox. 


---------- Mensaje reCIBIDO ----------

De: Eduardo escobar 
Fecha: 1 de septiembre de 2015, 12:09
Asunto: RE: Sobre la santa colombiana. Por Eduardo Escobar. EL TIEMPO, 1 de septiembre, 2015,
Para: "NTC ... Poesía" ntc.poesia@gmail.com

Gracias por el detallazo y por las pistas parentales… Me hizo acordar de un viejo sabio que a veces hablaba por la televisión en blanco y negro, Enrique Uribe White… 
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NTC ... ENLACE sobre Enrique Uribe White
http://enriqueuribewhite.blogspot.com/2007_06_14_archive.html

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Una novelista santa
Por: Héctor Abad Faciolince 
El ESPECTADOR, 4 Ago 2019
Apuesto a que ustedes no han leído uno de los mejores libros que se han escrito en Colombia. Es una novela de aventuras en la selva. Es un Bildungsroman, o novela de formación de una de las personalidades más formidables del país, nacida en un lejano pueblo de Antioquia, Jericó. Es un manifiesto feminista ante litteram, pero sin la jerga tediosa del feminismo, sino con la ironía y la sonrisa lista de una Job de los Andes. Es un bosquejo sociológico e indigenista, mucho más valioso aún por el sencillo hecho de que no pretende serlo. Es una joya picaresca de una muchacha que se disfraza de monja para poder hacer lo que quiere y que no la jodan los hombres. Es la Autobiografía de la Madre Laura.
¿Quién podría contar que a los 16 años manejó un manicomio con 80 locos? La Madre Laura. ¿Quién se enfrenta a una médium que decía comunicarse directamente con el alma de Voltaire y la derrota con la sola arma de la ironía? La Madre Laura. Resulta que un cura le encarga que hable con la médium más famosa de Medellín, Julia Castrillón. Esta le dice que en su última sesión de espiritismo el padre Voltaire le había dicho que Laura estaba pasando penas inauditas porque en una vida pasada había sido un fraile muy fanático y ahora debía expiar esa horrible existencia anterior. Lo bonito es que, en vez de descomponerse, Laura le dice que es cierto, y que lo que más le fastidiaba cuando había sido fraile era el bigote. Con eso la desarma.
Imagínense esta escena, contada en su libro: monseñor Builes, que por algún motivo se ha vuelto enemigo de la Madre Laura y quiere acabar su congregación, visita la casa de la misma en San Pedro. Las misioneras de allí le suplican que no acabe su misión. El obispo de Santa Rosa, en vez de contestarles, “pidió que le zurcieran la sotana que tenía puesta y como era en la parte de debajo de ella, la hermana María de los Santos Ángeles se sentó en el suelo a su lado y comenzó la tarea de zurcirle la sotana. Mientras tanto le rogaba encarecidamente que se entendiera conmigo. Mientras ella le zurcía y le hablaba así, él le ponía en la boca confites, diciéndole: No, de ningún modo perdonaré. Esto lo hacía con cierta sonrisa muy dolorosa y aquella pobre hermana recibía aquellos confites con la mayor dulzura, dulzura que hubiera conmovido a cualquiera que no estuviera bajo una influencia tan directa del demonio como lo estaba ya el mismo señor obispo.” ¿Quién ha descrito con más sutileza, con más cariño, la índole demoníaca de monseñor Builes? Ningún matacuras pudo hacerlo mejor.
¿Quieren realismo mágico? Se les tiene. Cuenta la Madre Laura la historia de Punucenito y Resura, una pareja de Santo Domingo. Punucenito es lavador de patios y su mujer, Resura, está deschavetada: duerme ocho o diez días seguidos y después se despierta y alborota 20. Cuando está alborotada Punucenito no puede trabajar y se queda cuidándola. ¿Y qué comen?, le pregunta la Madre. Lo que Dios me da. Y, ¿cómo se lo da? Así: una vez Resura le pidió mazamorra; él se hacía el dormido porque no había nada. Son las cuatro de la mañana y oye que le dan patadas a la puerta. Es un caballo que trae en el hocico una mochila llena de maíz. Le hace la mazamorra a Resura. En el pueblo encuentra un tipo de Concepción, a siete leguas de distancia, que está buscando un caballo que se le vino de allá. Un niño lo había puesto a comer maíz colgándole una mochila de la cabeza y no había vuelto a saber del animal.
Las historias de la Madre Laura son así, vívidas, graciosas, llenas de detalles amenos. Y salpicadas también de reflexiones teológicas que nada tienen de tontas. Las hay muy hondas: “¡Oh! El olvido… querido olvido, vengan tus sombras y me envuelvan, sepultándome aunque sea en el centro de la tierra. Sienta, amado olvido, tus reales en mi pobre personilla. El hombre jamás me recuerde: siempre me olvide. ¡Dios nunca me recuerda, porque jamás me olvida!” Sí, es una novela mística y de aventuras, en un mismo libro y de la misma santa.

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NTC ... SEGUIMIENTOS 
a Octubre 19, 2019

Las facetas desconocidas de la santa colombiana Laura Montoya

Tras 70 años de la muerte de la misionera y religiosa, una experta analiza su labor literaria.

Por: María Eugenia Osorio Soto*
EL TIEMPO , 18 .con y 19, de octubre 2019
¿Qué sabemos de nuestra única santa colombiana, Laura Montoya Upegui? ¿Qué facetas conocemos de esta antioqueña 
nacida en el municipio de Jericó el 26 de mayo de 1874 y fallecida en Medellín el 21 de octubre de 1949, hace 70 años?

Algunos estudiosos dicen que su alcance teológico podría igualarse al de mujeres excepcionales de la Iglesia católica 
como Hildegarda de Bingen (Alemania, 1098-1179), Catalina de Siena (Italia, 1347-1380), Teresa de Jesús (España, 1515-1582) o Teresita de Lisieux (Francia, 1873-1897).

Las mismas que han recibido el título de doctoras de la Iglesia, al distinguirse por aportar al fortalecimiento de la doctrina y la afirmación de la fe y 
por su carisma intelectual como escritoras o visionarias.  

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Allì : acceso a su autobiografía completa, digital-virtual.
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